Las consecuencias de la tormenta (II): Copa menstrual

Después de que me quedara en la calle, con el coche y cuatro pertenecias, tuve que buscarme la vida, y por diversos sucesos, acabe alquilando una habitación con baño en un pueblo perdido de la mano de dios.
El estrés empezo hacer mella en mi salud, y cada vez empeoraba más, y aún así encontre un trabajo, donde los 20 minutos de descanso que tenía me los pasaba en el baño de lo mal que me encontraba. Aún así estuve el tiempo de contrato, 3 meses, llego el verano y sumándole la crisis, me quede en paro.
A parte de mis gastos, el alquiler de la habitación, también me tenía que hacer cargo del que era mi pareja (el cual parecía un buen partido, hasta que llegaron los problemas...tema que tocaré en otro post). No había ingresos (ya que no tenia subsidio) y la situación se hizo tan asfixiante que vendí todo lo vendible, inclusive el coche. Me dío para pasar unos 3 o 4 meses, y racionando el dinero de una manera exhaustiva.

Con todo ese estrés y ese caos, comencé a tener esos síntomas tan maravillosos como són los del síndome pre menstrual, y me toco hacer números. Tirando a lo más barato, cada mes me gastaba más de 10 euros entre tampones, compresas... Me tenía que cambiar cada 2 horas utilizando la máxima capacidad de ambas cosas, y en ese momento no me podía permitir ese gasto, de ningunas de las maneras. Me fuí a la biblioteca, y comencé a buscar compresas reutilizables, de tela, pensando en como gestionaban las mujeres ese asunto en la epoca de mi abuela.
Leí algo sobre la "copa menstrual", casi siempre tirando de traductor ya que en España no se conocía, fuí tirando del hilo y en unas horas descubrí un nuevo mundo en cuestión de higiene femenina. Y localicé la copa más barata que había en ese momento y con todas las garantías. Una copa francesa llamada fleurcup, la pedí por internet a la mañana siguiente rezando que los 12€ de inversión me fuera bien. A las 48h ya la tenía en mis manos, para ese momento ya me habia leído instrucciones, como esterilizar, mantenimiento, etc.
Al día siguiente ya la tuve que utilizar, y he de decir que los primeros dos días fueron de práctica y de adaptación, pero a partir de ese momento doy gracias todos los meses por tener la suerte de haber descubierto tan maravilloso invento. Y fue una preocupación menos de una larga lista que cada día iba en aumento.

Hasta el próximo post,

La loca del coño

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